miércoles, 30 de mayo de 2012

LA FEMINISTA MISÓGINA

De cómo todas somos las mayores feministas.


     Resulta que hace unos días, el 3 de de mayo de este més, Amelia Valcarcel escribió un artículo sobre el  Poder femenino en la historia en una revista de sobrado y reconocido prestigio.
     Recuerdo perfectamente que la primera vez que ví la noticia fué en el muro (facebook) de mi amiga María Campomanes, y también la repercusión que tuvo en poco tiempo. No en vano, Amelia es para las mujeres feministas toda una maestra y y una referencia por su sabiduría y lo que ha escrito sobre ello.
     Debo de decir, además, que tengo el placer de haberla conocido y coincidir en varias ocasiones con ella por lo que puedo dar fé de su convicción en la defensa de la igualdad entre mujeres y hombres y de su amplia cultura en general.Sé que esto resulta obvio y sobra para la mayoría de nosotr@s pero ahí fuera existe otro mundo.
       El contenido versaba sobre la existencia o nó de sociedades matriarcales a lo largo de la historia, tema conflictivo, y Amelia manifestaba sus dudas sobre esta teoría. A lo largo del artículo realizaba afirmaciones como  "En ninguna sociedad humana conocida ha ocurrido que las mujeres y los varones tuvieran el mismo rango o parecida importancia"  ó "Las mujeres nunca han tenido genéricamente poder y aquellas que lo han alcanzado, lo han hecho por excepción".
     Yo, ni quito ni pongo, que no soy quién para argumentar (por mi desconocimiento del tema), pero esté o no de acuerdo lo que no me plantearía nunca sería llamar a Amelia misógina.
     Ahora, cómo decía, existe otro mundo.Un mundo en el que las lectoras y los lectores cuando leen un artículo, ni siquiera se molestan en averiguar el nombre de la persona que lo ha escrito (en este caso está claramente al final), o sabiendo el nombre, no buscan información sobre ella (internet nos la facilita en unos segundos).
     Es cierto que el anonimato del mundo virtual favorece que existan los comentarios maleducados, los groseros, machistas etc..., con esos casos casi contamos en las publicaciones que tienen muchas seguidoras y segidores por internet.
     Lo llamativo son los comentarios de las supuestas feministas o "defensoras de las mujeres" las que (con alguna excepción) arremeten contra la autora con comentarios como "Estoy de acuerdo con X, este texto es misógino....Y no lo digo por el texto, sinó de la manera que lo ha "escrito.Deja claramente entrever la postura nietzscheriana del escritor".
     En otros dan por hecho que lo escribe un hombre, machista inculto,"Sinceramente,esto parece más bien sacado de una opinion del autor,no es nada objetivo,he dado asignaturas de antropología y por supuesto el matriarcado ha existido y en pequeñas comunidades es vigente aun.....misógino,sin rigor alguno. ..etc,etc."
     Cuando lo leí no salía de mi asombro, entiendo que hay personas tan capacitadas o más que ella para rebatir sus argumentos. Por supuesto, ¡faltaría más! y es lo más saludable y enriquecedor. Lo que más me llama la atención es, que precisamente llevadas de ese convencimiento de detectar con nuestras antenas especiales todo aquello que huele a machista, o creemos en contra de los intereses de las mujeres nos convirtamos en rebatidoras de nosotras mismas.
     No quiero caer en la exigencia que nos hacemos o nos hacen como minoría o grupo reivindicativo, de ser éticamente intachables; cada cual es cada cuál, y como dice precisamente Amelia tenemos "derecho al mal", es decir a no ser perfectas ni mejores que los hombres. Por lo tanto tomemosló como algo casual, fruto de muchos factores.
     Simplemente me pregunto si estas situaciones le ocurren a Amelia Valcarcel en una revista como esa, ¡qué dirán o pensarán de las demás cuando expresamos nuestras ideas o reivindicaciones!
     Mejor controlar "los comenarios" ,"etiquetarnos" en las situaciones precisas y darnos entre nosotras muchas veces al "me gusta" para compensar "lo que hay ahí afuera".
    
    






     

No hay comentarios:

Publicar un comentario