Parece que el #25N se ha convertido, mayoritariamente, en una fecha tan cotidiana en nuestra vida como la Semana Santa , los carnavales o el día del trabajo. Aparecen las campañas, los eslóganes, los carteles, lo morado ( vacío de contenido en muchas ocasiones) aunque olvidemos las concentraciones por obvio de este maldito año.
Y sin embargo el Movimiento Feminista está tan amenazado como siempre, aunque ahora duele más porque nadie se considera culpable y esta vez la amenaza parece venir desde dentro.
Yo tengo mi opinión; me gustan las personas sabias, inteligentes y generosas al compartir todos estos dones. Y desconfío mucho de quienes compran o pagan para tener prole y de quienes me quieren convencer de que ejercer la prostitución es liberación. Es vejatorio, supone esclavitud y un negocio perfecto para comerciantes de cuerpos.
Y ya, la última polémica sobre el sexo y género, desde mi punto de vista producto de gestionar todo desde la inmediatez, las prisas por definirnos y la necesidad de clasificarnos para no quedarnos fuera.
Parece que hoy en día pertenecer a una comunidad se hace extensivo a todos los ámbitos, desde el Twitter hasta la autosexualidad (existe, de verdad).
Y por supuesto, lo más de lo más es la Diversidad, debemos ser todo lo que queramos aunque ni siquiera lo sepamos, da lo mismo, nos inventamos un nombre y exigimos nuestro derecho a que nos lo llamen.
Vale, un pelin exagerado y puede que algo irrespetuoso por mi parte, pero que alguien me diga que no estamos perdiendo un poco el norte. Que cada cual haga, diga, piense lo que quiera, pero no nos exijan que memoricemos tantas categorías y subcategorías que me niego a repetir aquí.
Y para terminar, os pido que a pesar de todo nos unamos en lo importante: Aumentar el respeto y la tolerancia entre hombres y mujeres. No somos posesiones de nadie y por supuesto jamás nos tratéis como si lo fuéramos porque SI TOCÁIS A UNA NOS TOCÁIS A TODAS.
#ContraLaViolenciaMachista
