viernes, 22 de junio de 2012

No somos gente de tanta categoría


O de cómo no se puede cambiar de conjunto

Las conversaciones con las compañeras y compañeros de trabajo pueden ser muy peligrosas. Comenzamos  hablando de cualquier tema, por rellenar esos huecos que a veces nos permite el tiempo, tranquilamente, y terminamos con afirmaciones o frases de las que después, por mucho que nos arrepentimos ya están dichas y no tienen arreglo.
Hace unos días en el calor de una discusión, de “trabajo” precisamente,  sobre la situación laboral y la influencia que tenían en ella los inmigrantes alguien hizo este comentario: “No pueden tener los mismos derechos (que nos, dirían en esta tierra), nosotros tenemos unas familias que han hecho que estemos donde estamos. Han luchado para conseguir nuestra situación. Las mejoras de las que disfrutamos son gracias al esfuerzo de nuestros antepasados y las de nuestros hijos lo serán gracias a el nuestro”
¡Hala!, Así, cómo quién no quiere la cosa había definido e identificado el problema de los inmigrantes en nuestro país.  Después intentó matizar, quitar hierro…pero lo fundamental estaba claro, ¡y muy claro!

No es la primera vez que lo oigo, esa necesidad de calificarnos en “conjuntos”  distintos;  Las personas de aquí no somos iguales, no podemos ser iguales a las personas de fuera. Formamos dos grupos muy diferenciados; nosotr@s y ell@s. Además  de todos los que se nos puedan ocurrir, por supuesto.
Como decía, esto de los conjuntos, debe de ser una de las lecciones que mejor hemos aprendido en matemáticas: Un CONJUNTO es una colección de objetos  considerada como un objeto en sí. Los objetos pueden de esta colección pueden ser cualquier cosa: personas, números, colores, letras, figuras, etc. Cada uno de los objetos en la colección es un elemento o miembro del conjunto. Suele definirse mediante una propiedad que todos sus elementos poseen y  queda definido únicamente por sus miembros y por nada más. Los conjuntos pueden ser finitos o infinitos.
Utilizando esta definición, como se dice vulgarmente “nos lo ponen a huevo” – güevo- Analicemos los puntos anteriores:
1.     Tenemos en común lo fundamental, la característica que nos determina: NUESTRO ORIGEN.
2.     Definido únicamente por sus miembros: ¡Y tanto que nos definimos nosotr@s sol@s!
3.     Y además está muy claro que el conjunto de las personas de aquí es finito: los nacidos y las nacidas en el terruño (con matices). Y el conjunto “exterior” es infinito, nadie sabe cuantas personas de fuera existen;  en patera, maletero, algunos legales…
Después de tener claro, bien definido y bien diferenciado el grupo en el que estamos, podríamos  añadir otros matices definitivos.
Por ejemplo, pidamos  o analicemos nuestro pedigrí, con esto casi garantizamos que no se nos cuela nadie. Demostremos los años de empadronamiento, lo mucho que nuestra familia ha aportado a esta sociedad o comunidad en la que vivimos etc. Y si encima tenemos la suerte de tener antecesores políticos, históricos (si son de épocas oscuras, mejor) o que hayan destacado en algo ya sería la repera. ¡Ahí si que ya no hay nada que decir ni hacer! Casi que tenemos que  crear otro conjunto para estos casos. Aunque ahora que lo pienso...,¡este ya está creado!, y ¡desde hace mucho más tiempo que el de los inmigrantes!
También podemos pedir el Rh, en el caso del país Vasco, o recuperar lo de Cristiano Viejo…
Y todo por defender el dichoso estado de bienestar con los derechos y beneficios que de él se derivaban. Un estado que crearon las generaciones anteriores con el apoyo de muchas y muchos inmigrantes que trabajaban en los puestos que nadie más quería y con los sueldos que ninguna persona con pedigrí aceptaría.
Pero no vamos a tener mucho tiempo para preocuparnos, porque a la rapidez con que avanza la destrucción de la sociedad española, no nos van a quedar ni derechos ni beneficios por los que pelearnos. Y no porque los del conjunto inmigrante nos hayan perjudicado. Sino porque los que pertenecen a esos otros grupos de verdad importantes cómo el G-20 , Club Bilderberg, FMI, BCE … han decidido que nuestro grupito empezaba a ser demasiado numeroso y ya estaba bien de tanta generosidad.
 Toca perder derechos y  poder económico; nos estábamos acostumbrando a vivir “por encima de nuestras posibilidades” y tienen que corregirnos, recordarnos que no tenemos ni el pedigrí ni las características adecuadas para pensar que somos capaces de ascender de grupo.
Cómo decía alguien a quien conozco; Nosotr@s no somos gente de tanta categoría.

Afortunadamente.


miércoles, 13 de junio de 2012

El machaca de facebook.


O de cómo practicar la dedocracia en una nube-peldaño

     Ha estado durante un  tiempo pensando... y pensando qué es lo que hace que actúes así. ¿Por qué permites que él, tu amigo - no existen amigas, ni conocidas, ni mejores amigas, en facebook todo es masculino- pueda leerte, comentar tus publicaciones y compartir lo que a ti te parece interesante sin que te molestes con un "me gusta" ? ¿En qué momento has ascendido a esa nube-peldaño?

     Te lee, comenta y participa de tus alegrías y patochadas, ¡pero hasta aquí ha llagado! Tiene  derecho a dejar de ser el "machaca" -tu machaca- y empezar a volar por su cuenta.
     Ya ha perdido la esperanza de que pulses esa mano con el pulgar hacia arriba, que leas  alguno de los comentarios que tímidamente está empezando a escribir e incluso que sus noticias y enlaces te parezcan tan interesantes como para compartirlos ;¿no habrá nada que te guste?
     Es cierto que no tiene la capacidad de argumentación ni la soltura de los que lleváis mucho tiempo apellidando vuestros enlaces, pero necesita un poco de atención.
     No te equivoques, no se trata de que seas imprescindible para él (también es amig-o), simplemente lo considera una cuestión de justicia.
      Cuando solicitó tu amistad  confiaba en que algún día repararías en él, sino ¿porqué lo aceptaste? ¿para sumar números? Ya tenías suficientes palmeros, el no quería ser uno más. Creía de verdad en lo que escribías, en tus ideas y en tus comunicaciones, pero se ha cansado.

     No ha nacido para ser un Jean Baptiste Grennoille, quiere que sus sentidos funcionen, emitir  feromonas lo suficientemente fuertes para que su presencia sea detectada, que se extiendan a través de esos sistemas inalámbricos que invaden su entorno y difundan la noticia; EXISTE.
     Ha aprendido cómo funciona una nube-peldaño y renuncia a seguir formando parte de ella.A partir de ahora observará, hablará y compartirá con las personas que le queden a su altura. Esto es lo bueno y lo malo de las redes; te descubren perfiles verdaderos, y algunas veces decepcionantes.

     Compartirá sus feromonas con individuos capaces de valorar sus matices, e intentará que sus amigos tengan alguna señal que les indique que cuenta con ellos. Que aunque no pueda enterarse de todo lo que  desean comunicarle, recibe los eflubios más intensos y está dispuesto a almacenarlos en un recipiente hasta crear el perfume perfecto -como aquel que llevó a Jean Baptiste desde las cloacas más repugnantes a la cumbre de la sociedad- y volver a reenviarlo a través de los recovecos de su ordenador para que haga de las redes, los faces e idems. lugares con los mejores olores y sensaciones conocidas hasta este momento.


P.D. Este texto utiliza el masculino genérico de una forma intencionada, al igual que el medio del que habla.








jueves, 7 de junio de 2012

Historia de un bolígrafo


O de cómo hemos aprendido en los últimos años.


     Ella siempre vió a su abuelo con un bolígrafo en la mano, después observó que su padre hacía lo mismo. No tenían un fín concreto -siempre parecía que alguien lo había dejado encima de la mesa- se dedicaban a dibujar líneas, pequeños bocetos; pero lo que más repetía su padre era su firma. Firmaba con nombre y apellidos, con nombre sólo o incluso con una rúbrica en la que no se adivinaba ninguna letra. Cuando recogía aquellos papeles al día siguiente por la mañana -el tiempo sólo se perdía después de cenar viendo la tele- no quedaba ni un sólo hueco donde poder hacer un "rayujo", cómo diría su hijo pequeño.

     En aquella época los bolígrafos eran como objetos preciosos; escasos y de los que no se abusaba para que no se gastaran demasiado. Si se podía, mejor el lapicero. Además de borrarse, ahorraban papel, que tampoco abundaba y sobre todo costaba dinero.

     A ella, aquellos bolígrafos le parecían unos pinceles que nadie sabía manejar, los miraba y miraba de reojo con la esperanza de que en algún momento crearan una obra de verdad; algo que alterara el relleno de las hojas publicitarias con todos los márgenes fotográficos subrayados, los ojos de los protagonistas ennegrecidos y los huecos con las mismas firmas de siempre. Pero ese momento nunca llegó, y eso le provocaba una inquietud que no sabía explicar, la sensación de tener una deuda con ellos e intentar darles un sentido con dignidad. Realizar algo que los redimiera de tanto borrón y tanta rúbrica.
Ahora, con la distancia, recuerda que tal vez en aquellos momentos sus protagonistas mostraban la satisfacción que producía tener entre sus manos algo que habían visto crear y que no los había acompañado constantemente. Esto y una añoranza producida al observar con envidia como aquella chiquilla y aquel chiquillo tenían a su alcance mucho más de lo ellos pudieron imaginar. Colores, cuadernos, folios y bolígrafos. Todo aquel dispendio para alguien tan pequeño siempre les pareció una exageración, algo que no lograban entender, y reiteradamente aprovechaban para hablar de su precioso pizarrín y del poco tiempo que pudieron acudir a la escuela -en la época de aquellos vaqueros que salían en la televisión en blanco y negro, pensaba ella-.

     Fué descubriendo con la ayuda de Dª Angelita y Dª Pilar, en sus primeros años, la suerte que tenía de poder ir todos los día al colegio en su pueblo. No había que caminar a ningún otro lugar, ni pagar a las profes -aquellos chorizos que su abuela llevaba, los mejores, para que la maestra no cogiera "manía" a su madre-. Contaban con una estufa de butano en el medio de la clase y mesas y sillas para tod@s, algunas todavía compradas por alumn@s anteriores. Y sobre todo, no tenía que abandonarlo para ayudar en las tareas del campo. Aunque echara una mano por las tardes, lo primero eran los deberes.

     Todo esto lo recuerda ahora; cuando se descubre a sí misma con un bolígrafo en la mano haciendo cuardraditos con números dentro, rellenando los mofletes de algun@s polític@s -las revistas que tiene a mano es lo que suelen tener- e incluso practicando algun autógrafo...

     En la actualidad no vive del campo,tampoco tiene chorizos caseros para poder ofrecer a nadie y sus hijos siguen acudiendo a una escuela rural. Sabe que están las cosas complicadas, no hacen más que repetirlo, pero piensa que las casas de ahora son como unas enormes Arcas de Noé. En todas existen al menos una pareja de cada color, bolígrafo o libreta de las que usan en el colegio, necesarias para el diluvio que parece avecinarse con sus cuarenta días y cuarenta noches.

     Si después de este tiempo no sale el sol y la paloma no aparece con una rama de olivo en el pico , tendremos que plantearnos algún curso de buceo o submarinismo intensivo. O quizás, empezar a mutar, cómo ya hemos venido haciendo, y usar los recursos del fondo del mar que deben de ser de los pocos que nos quedan por explotar.








sábado, 2 de junio de 2012

¿Caducan las mujeres en política?



O de Kate Millett, con dos tes, y homenajes pendientes...


     Hace unos días hablaba con una amiga sobre política, intereses políticos de algunas personas y personas muy interesadas en la política. Como comprendereis el contenido de la conversación me la reservo por si algúna vez me propongo relanzar mi "carrera política"...
     El caso es que mi amiga y yo hacíamos un pequeño balance de la situación actual, nuestras coincidencias y diferencias -que también las hay- y sobre todo de las personas que echamos de menos y lo injusta y desagradable que es la "política" con algunas en concreto.
     Nos referíamos a mujeres. Mujeres muy válidas que han trabajado enormemente por la política. Nos han abierto muchas puertas y sobre todo, han sido pioneras en defender y reflejar nuestra situación real con normas, leyes y recursos que dejaban atrás un  periodo de total desamparo y oscurantismo.



     La política es un servicio público, en muchos casos desinteresado, en el que se trabaja muy duro y con empeño para mejorar las vidas de la comunidad. Aunque en estos momentos esté tan denostada y parezca ser el origen de todos los males -este sería otro gran debate- siguen existiendo mujeres que la llenan de dignidad y decoro. Seguro que hombres también.
     La cuestión es ¿caduca la actividad política? Ya sé que me estoy metiendo en un jardín con muchos pinchos, pero es de bien nacidas ser agradecidas. Así que continuo, reivindico el papel de las mujeres expertas, sabias y trabajadodras que comprenden y conocen el mundo de la política al dedillo. Esas que nos pueden ofrecer un resumen y unos esquemas bien sintetizados -sin copiar del rincón del vago- con los que poder subir rápidamente de nivel y algún día a fuerza de dar cabezazos romper el techos de cristal.
     Soy consciente de que en este momento en Asturias tenemos el gobierno con más mujeres de nuestra historia y que, como colofón, contamos con una mujer reconocida públicamente por su trayectoria feminista.
     Nada es excluyente. Como dice Kate Millett (con dos tes) : "...las pioneras pagan un precio alto y una soledad innecesaria por aquello que sus sucesoras toman por hecho".
     No recuerdo ningún homenaje a nuestras mujeres políticas de estos últimos años  y os aseguro que hemos tenido y tenemos algunas muy importantes.En unos casos están desaparecidas  -de la vida pública- en otros han ido ocupando aquellos lugares que han podido (no siempre los que han querido) para seguir dejando su impronta en todo aquello que realizan.
     Los hombres tienen mucha más experiencia en reconocimientos, en rendirse homenajes y honores unos a otros. así van extendiendo sus lazos y marcando sus posiciones.
     Desde aquí propongo un reconocimiento a nuestras mujeres -en este caso políticas- que las haga visibles y nos permita recordar de dónde partieron y dónde nos dejaron.
     Debemos exponer públicamente sus méritos, todo el legado que hemos heredado y, citando a Ángeles Álvarez; "Ennoblecer la obra y reconocer ( en el sentido más material del término) los meritorios de nuestras mujeres"

     Mi primer homenaje y reconocimiento para ellas es este pequeño texto.