domingo, 20 de septiembre de 2015

NO SOY DE AQUÍ

Acojonada me hallo.

Pues si, tal cual, acojonada me hallo. Porque resulta que NO SOY DE AQUÍ.

Y parece que ahora se lleva ser de AQUÍ; los recursos para los y las de AQUÍ (lo de -las- por supuesto es añadido mío porque las mujeres no somos ni de aquí ni de allí...)...

Y miren, no tengo claro que hay que tener para ser de aquí. No sé si se trata de nacionalidad (asturiana, gallega, castellana, vasca, catalana ???? ) , de tener dinero o no, de trabajar o estar en el paro, de la raza, de la religión o incluso de ser una persona sana o enferma...
Estoy casi segura que hay personas que se consideran DE AQUÍ por pertenecer a alguno de los colectivos anteriores, obviando el de enfermas por supuesto, y excluirían al resto por ello. ¿Les parece raro? Pensemos, pensemos...

No hace tanto tiempo en este país gobernaba un señor cuya máxima era que lo nuestro era lo mejor, lo de AQUÍ y aún hoy muchas personas creen que si volviera se resolverían la mayoría de nuestros problemas, olvidándonos de todo lo que no interesa recordar, que para eso la historia la cuentan siempre los del bando ganador.

Por la misma época gobernó otro señor al que le molestaban las personas de otros colores, otras religiones y otras razas que no fueran la suya, pueden pensar que estoy exagerando pero todo tiene un origen y Hitler caía bastante bien a la gente en sus comienzos, como esas páginas que compartimos en las redes sociales en las que se leen frases como "Los de aquí primero" y mensajes parecidos, que nos parecen cargados de razón pero que encierran una gran manipulación y peligro, ayudando a germinar odio y rechazo de forma sutil, sin darnos cuenta de que estamos cayendo en una trampa muy bien preparada.

Desde mi punto de vista somos el producto de unas guerras ajenas a nuestros intereses, de una crisis inventada para apretarnos y recortarnos esos pocos derechos que habíamos conseguido, y de un intercambio de cromos entre poderes internacionales frente a los que sucumbimos creyendo que de verdad sus objetivos son nuestro bienestar.
Yo sólo observo un mundo con personas a las que nos interesa y nos mueven los mismos objetivos, que lloramos por nuestras hijas e hijos, buscamos un lugar digno para vivir y trabajar y que estamos a merced del lugar en que nos trajeron al mundo y de intereses religiosos encubiertos por intereses económicos; llámense petróleo, diamantes, gas...

En fín, que no soy de aquí.

Nací en Castilla, aquella que llamaban La Vieja, por lo que siempre me quedará el recurso de reivindicar mi status de "castellana vieja", pedigrí que evitaba ser expulsada del Reino en tiempos pasados, tiempos que aún se recuerdan gloriosos para la historia de España.

No tengo ni idea de como terminará esto, pero es evidente que nada ni nadie podrá impedir que este planeta desaparezca tal y como lo hemos conocido hasta ahora.

No habrá vallas, cuchillas o electricidad suficiente para detener a los millones de personas que quieren vivir dignamente, que están cansadas de observar como no nos preocupan lo más mínimo, personas que no tienen nada que perder y que no nos deben nada. Esperemos que el día que ellas consigan su lugar, que lo conseguirán, se comporten mucho mejor de lo que lo estamos haciendo nosotr@s, por la cuenta que nos tiene.

Imagen recogida de internet, Asociated Press.

 

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