lunes, 1 de octubre de 2012

BUSCANDO LA PALABRA TRENDING TOPIC





Tengo ganas de escribir, escribir algo, cualquier cosa que me haga sentir el gusanillo y el estímulo de ponerme delante del ordenador y ser capaz de ir rellenando líneas con algo de orden y sentido entre ellas.
 
Llevo media tarde pensando sobre ello, y se me ocurren muchos temas, demasiados; una persona experta sabría ordenarlos y hacer algo decente con ellos.  Pero yo no, a mí me faltan los conocimientos y la experiencia, pero sobre todo las palabras. Esas composiciones de letras y sílabas que tanto cambian dependiendo el orden y la entonación que les demos.

Echo de menos conocerlas, poder usarlas con la habilidad necesaria y ser capaz de expresar con precisión y exactitud la congoja que me produce ignorarlas.
 
Es una cuestión curiosa esta de las palabras; nos relacionamos, hablamos, escribimos y vivimos entre ellas. De hecho, cuando no podemos hablar tenemos que buscar lenguajes alternativos, nos sentimos impotentes y limitados ante una comunicación distorsionada. Es cierto que nos queda la escritura, pero si nos quitaran la escritura ¿qué haríamos? Probablemente inventarla.

Ante este panorama, lo que me llama la atención es que la mayor parte de las veces, en lugar de aprender palabras, estudiarlas, leerlas en todos los lugares que más placer nos puedan producir, las inventamos.

Pensemos; el lenguaje que va modificando el contenido del DRAE (a pesar de los pesares) es el que se utiliza mayoritariamente entre las personas de forma coloquial, de manera masiva e intensiva.

Así, cuando yo era más joven no hubiera pensado jamás que muslamen,culamen, cultureta, sociata, biministro y friki fueran consideradas correctas algún día y no una forma despectiva de hablar sobre ciertas partes o personas. Por cierto, que a este ordenador tampoco le parecen muy conocidas, puesto que me está señalando el corrector que existe algún problema con ellas.

De manera que, ante este panorama, una no sabe si ponerse a leer, usar  y buscar aquellos vocablos necesarios entre volúmenes o salir a la calle a adivinar cuáles serán las tendencias lingüísticas o el argot de los próximos años. Incluso inventarme alguno que me guste con la esperanza de que llegue a ser trending topic y termine aceptado por la autoridad lingüística (al igual que el propio término, ¡ya veréis!).

 

 

 

 

 

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