domingo, 17 de marzo de 2024

LoDeLasMascarillas


 #LoDeLasMascarillas 


Decían que la experiencia de la pandemia iba a sacar lo mejor de la sociedad. Y así fue!!

Hizo que las mejores virtudes y los mayores defectos tuvieran tiempo a desarrollarse, que quienes tenían que devanarse los sesos cavilando la gestión de vacunas, mascarillas y hasta camas y profesionales, se dejaran la salud y la vida en algunas ocasiones buscando soluciones. 

Pero también creó los mayores monstruos que podemos tolerar las personas de bien.

Surgieron los traficantes de la salud; personas que se forraron con los recursos que nos podían salvar la vida y que teníamos que comprar al precio que hiciera falta. 

No olvidemos que llegamos a pagar barbaridades por las mascarillas hasta que el gobierno decidió limitar el precio por ley. 

Pero es que no fueron solo las mascarillas, de las que aprendimos de memoria todas las combinaciones de mayúsculas y números con las que se conocían (FPP2…), también descubrimos que eran los EPI y lo escasos que llegaron a estar en algunas ocasiones, provocando que algunos profesionales crearan los suyos propios con grandes bolsas de basura poniendo en riesgo muchísimo más de lo que se le puede exigir a cualquier sanitaria o sanitario. 

E imaginar que todo este sufrimiento, todo el esfuerzo y las necesidades para salvar las vidas de profesionales y pacientes fueron “la gran oportunidad” para carroñeros y carroñeras del GRAN MERCADO sacude nuestras entrañas y provoca la mayor repulsión imaginable.

Hemos conocido herederos de la nobleza, amigos de la despolitica, hermanos, padres y ahora el novio de la “sucesora al trono “ ; la que más méritos acumula de momento. 

Pero para ella todo será exonerado, porque la vida de quiénes iban a morir igual… pa qué darle más vueltas?? (Aunque algunos ataúdes aparecieran en tanatorios de otras ciudades con los muertos equivocados).

Yo desearía que por las noches un ejército se apareciera ante ella desfilando por la Castellana y girando la cabeza al pasar a su lado, gritando aquello de “Ave César, los que van a morir te saludan” 

Un ejército en batas o pijamas, sillas de ruedas y camas con sujeciones, esperando que en algún momento el pulgar de su mano cambiase y apuntase hacia el cielo ofreciendo clemencia y vida .


BEG

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