domingo, 31 de mayo de 2020

SIEMPRE HA HABIDO CLASES

Siempre ha habido clases, siempre ha habido ricos y pobres.
Esta frase es letal para la mente de una niña que se pregunta el por qué de las diferencias tan grandes entre unas personas y otras económicamente hablando. Que no entiende que el lugar y la familia dónde nazcas sea en un gran porcentaje lo que defina tu futuro.

Ante ese panorama , como diría el admirado Karra :¡ Dos opciones tienes! (el acento vasco lo imagináis) , asumimos que ha sido, es y será así. O nos revelamos cómo podemos, con las armas que tenemos en cada momento contra ello.

Los libros son uno de los mejores lugares para refugiarse en la infancia y adolescencia para recorrer y conocer otros mundos y otras personas que tampoco se han conformado con lo que “te ha tocado”.

Escapar y revelarte a medida que vas creciendo, debatir en largas discusiones nocturnas.

Ocupar los espacios reservados a otras y otros, acercarse al peligro , saltarse las normas y tener esa doble vida dónde aprender lo que de verdad te preocupa es fundamental a la vez que arriesgado.


Es la manera de no dejarse vencer, de ganar a un sistema que no consigue imponerte sus normas y alcanzar la seguridad y la crítica necesaria para sobrevivir entre tanta impostura.

Y quizás terminar en un partido de izquierdas, en un sindicato de clase o simplemente implicándote en todo lo que mejore la comunidad donde vives, sin complejos ni miedo a que nadie te diga dónde está tu lugar, porque hace mucho tiempo que lo has decidido tú; DÓNDE HAGA FALTA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario